domingo, 26 de enero de 2025 09:40
Un decreto presidencial de Donald Trump firmado que busca volver al primer plano los motores a combustión y suspender las subvenciones federales para instalar estaciones de recarga de vehículos eléctricos en Estados Unidos. Asimismo, el presidente apuntó a los vehículos eléctricos cuyo desarrollo estaba en el centro de la estrategia de lucha contra el cambio climático de su predecesor, el demócrata Joe Biden.
Otras medidas podrían seguir, como la supresión de un crédito federal sobre impuestos para quienes compren un vehículo eléctrico, o la anulación de una excepción que permite al estado de California tener criterios más estrictos que el resto del país en materia automotriz.
Trump afirmó al asumir que tiene intención de terminar con el «Green New Deal», una iniciativa que incluye las ayudas promovidas por Biden para estimular las ventas de vehículos eléctricos. Acciones de fabricantes de autos eléctricos como Rivian o fabricantes de equipos de recarga como EVgo cayeron en la bolsa. Tesla, del millonario Elon Musk, un muy cercano aliado de Trump, también cedió terreno.
Durante su última campaña electoral, Donald Trump afirmó que su adversaria demócrata, Kamala Harris, quería forzar a los estadounidenses a pasarse a los autos eléctricos. La exvicepresidenta señaló que prefería dejar la elección a los consumidores.
La ley IRA (Inflation Reduction Act) del gobierno de Biden y otros textos aprobados durante su administración, instauraron ventajas financieras, como créditos fiscales, para impulsar las ventas de vehículos eléctricos.
El decreto presidencial firmado el lunes exige una investigación, durante 90 días, para garantizar que las ayudas no favorezcan de forma desequilibrada a los vehículos eléctricos «haciendo más caros otros tipos» de coches.
Casi la mitad de los 5.000 millones de dólares destinados a instalar nuevas estaciones de recarga ya se vio afectada, según un documento de la NRDC.
En noviembre, el Departamento de Energía apoyó proyectos que preveían un crédito federal de 6.600 millones de dólares a Rivia para construir una usina en Georgia y de 7.500 millones a StarPlus Energy para una fábrica de baterías en Indiana, en el marco de una empresa conjunta con Stellantis y Samsung. Rivian, que no respondió a las consultas de la AFP, indicó que la construcción de su nueva planta debía comenzar en 2026.