Una de las propuestas destinadas para los turistas y residentes durante estas vacaciones de verano en la Capital, impulsadas por el Municipio desde la Secretaría de Turismo y Desarrollo Económico, son las actividades destinadas para los niños en la Casa de la Puna. En efecto, días atrás quién brindó un gran espectáculo fue el multifacético artista “Ronda Vázquez”, con un show que cautivó a grandes y chicos.
El mencionado artista, cuyo nombre real es Antonio Alejandro Barrionuevo Vázquez, ya tiene una vasta trayectoria en el ámbito artístico, siendo reconocido por el público, en gran medida, por su personaje “Antonio Fierro” que configura a un especie de “gaucho moderno” con actitudes desopilantes.
Nacido en la localidad chacarera de San Antonio, formado inicialmente en Córdoba, ya recorrió diversos escenarios de la provincia y la Argentina, como ser el Festival de Cosquín, de la mano del ballet “Ameridanza” de la provincia de Córdoba, y siendo parte de diversas obras y elencos artísticos de gran prestigio a nivel local, regional y nacional. En la actualidad, radicado en Catamarca, nos cuenta algunos de sus secretos a la hora de conectar con el público.
¿Cómo haces para preparar la propuesta de tu show?
Dejo que el show se vaya desarrollando todo de una manera como más consensuada conmigo mismo. ¿A qué me refiero con eso? Comprendiendo que vengo brindando un espectáculo itinerante, entonces dejo que suceda la espontaneidad. Si bien tengo un abanico de posibilidades dentro de las artes que vengo fusionando como el circo, la pantomima y las danzas, me dejo llevar también por la fluidez del público. Y he empezado por tener todo en la manta por así decirlo, ya sean los globos, todos los elementos de magia, etc. Y de acuerdo a lo que va sucediendo con el público, voy eligiendo con que salir.
¿Todo es espontáneo o hay una cierta preparación para detectar lo que le gusta al público?
Hay una lectura también. Vengo estudiando hace mucho tiempo sobre lo artístico en el ámbito infantil, y tratando de que la energía que se genera sea una energía amable. Si bien la preocupación del artista es poder contener esa atención de las familias y de las infancias, comprendí que manejar la energía mantiene una escena amable, contenta, atenta, y de repente se vuelve todo recíproco. Entonces, no estoy nervioso, no me preocupa si están atentos o no, porque la atención ya está.
¿Tenés la necesidad de ir generando cosas nuevas en tus propuestas, o tomar algunas ideas de algunos referentes que tengas?
Si, pero trato de no ver tanto de otros lados. Sí imito cosas, pero le pongo mi propia esencia. Utilizo muchas técnicas de Marcel Marceau por el tema de la imaginación, lo tomo como referente. Pero de ahí la esencia se lo voy poniendo yo de acuerdo a cómo me sienta en la escena. Y con esto de preparar y de imaginar cosas, en la noche, cuando digo bueno, voy a cerrar la ventanita para irme a descansar, es cuando más aparecen las ideas.
¿Qué es para vos para vos el personaje “Antonio Fierro”?“
Antonio Fierro” es mi primer proyecto personal, el cual le dedico todo. De él se desprenden otros personajes. Pero la esencia principal, mi alter ego, por decir así, es “Antonio Fierro”. Hay otros personajes que me empiezan a pedir. Por ejemplo, ahora el que tengo se llama “Contractura”, que es un personaje que nació en Mundo Marino en una temporada que duró 2 meses en San Clemente. Me encontré con una actividad muy dura que me terminó generando una contractura jaja. De ahí salió ese nombre.
¿Cuáles son tus próximos desafíos?
Siempre estoy pensando como volver a la escena para un público que ya me vio. Lo hago puertas adentro, para luego generar las sorpresas, que lo que más me gusta a mí. Y que digan: “Mirá ese chango, hizo lo mismo, pero de otra manera”. Es como que trato de siempre hacer una variante de lo que ya está hecho, de lo que ya estoy inventado. No me preocupo tanto por iniciar algo que no se haya visto, sino darle una vuelta de rosca para que se vuelvan a regenerar las accione. Tomo mucho de la esencia de Chaplin, también del Chavo del 8, que si bien repetían sus actos, pero lo hacían desde diferentes perspectivas que generaban la misma alegría, la misma emoción.