miércoles, 22 de enero de 2025 11:12
No existe una fórmula que explique los motivos por los que un libro se acaba convirtiendo en un bestseller. A veces es una trama que engancha, a veces un personaje o varios que tienen una profundidad o un atractivo especiales, quizá sea el estilo del autor… o puede que se deba a motivos ajenos al propio libro: una buena estrategia de promoción; que despierte alguna polémica, o bien una recomendación fortuita de alguna cara conocida. En general podría decirse que alguno de estos elementos es la clave del éxito, pero en cada caso es diferente. Sin embargo, si hablamos de Tan poca vida, nos encontramos con una novela en la que coinciden todos estos ingredientes a la vez.
La novela Tan poca vida (Lumen) es la segunda obra de Hanya Yanighara, que se publicó oficialmente en 2015. En su momento, consiguió un aluvión de valoraciones positivas por parte de la crítica, y llegó a formar parte de la shortlist del Man Booker Prize 2015. Pero el recorrido del libro, aunque parecía ya suficientemente satisfactorio, superó todas las expectativas unos años después gracias a las redes sociales. En total, ha conseguido vender dos millones y medio de ejemplares en toda su larga vida, aunque suene a paradoja.
Una novela viral entre la generación Z
Poco a poco, la fotografía de la portada de la novela (titulada Orgasmic Man, obra del fotógrafo Peter Hujar) comenzó a protagonizar miles de videos en Tiktok. Los lectores, en su mayoría jóvenes de la llamada generación Z, se grababan a sí mismos llorando a lágrima viva mientras leían sus últimas páginas. El objetivo de estos videos no era dar su opinión sobre el libro, sino mostrar la reacción que les provocaba la lectura de una historia que trata sobre temas tan duros como el maltrato infantil y las autolesiones.
Atracción por el trauma y la tristeza
Porque Tan poca vida no es fácil de digerir. Su trama sigue el recorrido de cuatro hombres a lo largo de 30 años (el libro tiene unas mil páginas en su edición en castellano), los cuatro residentes en Manhattan y amigos desde la Universidad: Willem, actor; JB, artista; Malcolm, arquitecto, y Jude, abogado. La novela va relatando sus idas y venidas en la vida, tanto sus mejores momentos (los cuatro llegan a alcanzar el éxito en sus respectivas carreras profesionales), como también los peores. En esto último tiene una especial relevancia el personaje de Jude, cuyo triste pasado se va revelando poco a poco a lo largo de la novela hasta convertirse en el eje central de la misma.
Una novela sobre masculinidad y amistad
La fascinación que provoca ha merecido que The Guardian lo incluyera como uno de los cien mejores libros del siglo XXI. Dicen quiénes la alaban que la prosa de Yanighara es capaz de encontrar la belleza en los momentos más cotidianos a lo largo de la novela, y también destacan que ante todo, Tan poca vida habla sobre el valor de la amistad y del amor, sobre cómo todo camino se hace más fácil si tienes buenos compañeros de viaje a tu lado.
«Tan poca vida se siente elemental, irreductible; y, aunque es oscura y perturbadora, hay belleza en ella», dice el crítico del New Yorker John Michaud.
Yanighara tenía claro, además, sobre qué quería hablar a través del personaje de Jude. «Quería crear un personaje que nunca mejora», explicó en una entrevista para la revista Vulture. Su experimentación la llevó a crear una trama que llevara al espectador a sentir la misma frustración que el personaje ante la incapacidad de recuperarse de su sufrimiento. Así, a lo largo de la novela Jude cae una y otra vez en las mismas situaciones, sin ser capaz de evolucionar para afrontarlas de una manera distinta.
Por último, la autora se decidió a tratar un tema que la preocupaba especialmente: hablar sobre cómo afecta el abuso a la masculinidad cuando la víctima es un hombre. «Creo que hasta cierto punto las mujeres crecen más preparadas para afrontarlos. Los chicos no, y son muchos los que los sufren. Los abusos les arrebatan su sentido de la masculinidad. Y, por descontado, no están capacitados para hablar del tema, ni lo hacen», palabras de Yanighara que recoge la editorial Penguin Random House en un artículo sobre el éxito de Tan poca vida.
Fuente: Cronicaglobal/Letra Global