A partir del 23 de marzo, los trabajadores que no reúnan los 30 años de aportes requeridos ya no podrán acogerse a la jubilación mediante la moratoria previsional, según confirmó Mariano de los Heros, director ejecutivo de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), durante su presentación en la Cámara de Diputados.
La moratoria previsional, instituida por la Ley 27.705, permitirá solicitudes hasta su próxima fecha de caducidad. Aunque existía la posibilidad de prorrogarla por dos años, el gobierno optó por no hacerlo, argumentando que el sistema previsional enfrenta una situación crítica y está “virtualmente quebrado”. La medida tendrá un impacto de consideración, ya que solo el 30% de los hombres y el 10% de las mujeres en edad jubilatoria cuentan con los aportes necesarios para acceder a una jubilación sin la ayuda de la moratoria.
Según la Subsecretaría de Seguridad Social, entre enero y septiembre de 2024, el 74% de las 315.166 jubilaciones otorgadas en el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) dependieron de la moratoria. Además, casi el 50% de las pensiones también se basaron en este esquema. Desde su implementación en 2023, esta herramienta permitió que miles de personas pudieran completar los años de aportes requeridos a través de un sistema de compra financiada mediante descuentos en el haber jubilatorio.
Con la finalización de la moratoria, la única opción para quienes no cumplen los requisitos de aportes será la Prestación Universal para el Adulto Mayor (PUAM). Este beneficio, creado bajo la Ley de Reparación Histórica, está disponible a partir de los 65 años y equivale al 80% del haber jubilatorio mínimo. Además, no incluye derechos a pensión por viudez. En diciembre de 2024, el monto de la PUAM fue de $277.679, incluyendo un bono de $70.000, pero especialistas advierten que resulta insuficiente para garantizar una vida digna.
La legislación vigente también permite a los empleadores solicitar el retiro de los trabajadores al cumplir los 70 años, incluso si no han acumulado los años de aportes necesarios. Esto agrava la situación, dejando a muchos adultos mayores con la PUAM como única alternativa.