Apuesta cínica y miope

Oficialmente se celebran los índices de inflación, destacados por la mayor parte de la prensa como el gran logro del Gobierno de Javier Milei, aunque una sencilla cuenta permite dudar del supuesto éxito. A saber, si la inflación anual fue del 117,8 por ciento en 2024 y, apenas asumió, Milei devaluó el peso en un 118 por ciento… ¿cuánto cayó el poder adquisitivo de los trabajadores el año pasado? ¿Cuánto debieron aumentar los sueldos, no ya para superar, sino para igualar el poder de compra de noviembre de 2023? No son al parecer cuestiones que interesen al debate nacional, más enfocado en las aventuras sentimentales de Icardi, La China, Wanda y L-Gante. Quien sí se interesó en el rumbo económico argentino fue el diario inglés The Guardian, tan lejano que no se ve afectado por grietas o intereses domésticos, y se permitió una visión más objetiva de lo que sucede por aquí.
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En una editorial, The Guardian observa que “Milei “prometió una guerra contra los burócratas, brutales recortes del gasto público y una amplia desregulación de la segunda economía más grande de América del Sur” y que “como era de esperar, el resultado ha sido devastador: una recesión sumió a más de la mitad del país en la pobreza en los primeros seis meses de 2024. Después de su victoria, la inflación mensual se disparó al 25 por ciento antes de volver a caer por debajo del 3 por ciento en noviembre. Como devoto de Milton Friedman, Milei podría afirmar que sus recortes en el sector público fueron dolorosos pero necesarios. Esto está lejos de la verdad. La realidad es que Milei devaluó el peso, provocando un aumento en los precios internos, mientras utilizaba controles cambiarios para contener mayores presiones inflacionarias”, sin pasar por alto que “la ironía de desplegar la intervención estatal mientras se defiende el libre mercado pasa desapercibida para los argentinos que luchan por sobrevivir”.
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Se señala luego que “la caída de los salarios reales ha dejado a muchos sin poder pagar un seguro médico, lo que ha presionado aún más a los hospitales públicos que carecen de fondos suficientes” y que “la capacidad de Milei para prevenir una reacción depende de factores externos”, debido a que, tras el préstamo de 44 mil millones de dólares del FMI en 2018 “está buscando fondos adicionales para aliviar los controles cambiarios sin provocar una liquidación del peso”. Si eso pasara, “un escenario así podría reavivar la inflación y dañar la popularidad de Milei antes de elecciones clave para el Congreso”. El país, desde 2018, recuerda The Guardian, “ha dependido de los rescates del FMI y, cada vez más, de los préstamos de Beijing, convirtiéndose en el mayor receptor de fondos comerciales chinos de América Latina”. En el final, expresa: “Las políticas de Milei han infligido un dolor significativo con pocos beneficios visibles” y “en lugar de representar una ruptura con el pasado, la agenda de Milei se hace eco de las de administraciones de derecha anteriores, cuyos miembros ahora forman parte de su gabinete”, remarca el diario, para concluir que “estas políticas podrían enriquecer a unos pocos elegidos en Argentina, pero para la mayoría conducen a mayores dificultades y desigualdad. La apuesta de Milei es que puede engañar a suficientes personas para que dejen que el desorden lo limpie su sucesor. Es una apuesta cínica y miope que descuida la necesidad de reformas significativas en Argentina”.