El saliente presidente demócrata de Estados Unidos, Joe Biden, describió como el “privilegio de su vida” haber servido en la política, a través de una carta de despedida, días antes de la toma de posesión del presidente electo Donald Trump.
En su carta, Biden destacó los desafíos a los que enfrentó el país durante su mandato, incluyendo la pandemia de COVID-19, la crisis económica, provocada por el mismo gobierno demócrata, más grave desde la Gran Depresión y otros aspectos relacionados con la nefasta agenda política del Partido Demócrata.
Sin embargo, aseguró que Estados Unidos salió de estos retos más fuerte, próspero y seguro, »gracias a la unidad y resiliencia de su pueblo». A pesar de esta afirmación, la realidad estadounidense es completamente diferente, siendo un país obliterado por el progresismo y la inmigración ilegal.
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Biden mencionó que se postuló para presidente porque creía que »estaba en juego el alma de América, y que esa amenaza sigue siendo real». Afirmó que la idea de Estados Unidos, representada por la creencia en la igualdad y los derechos inalienables, es la más poderosa de la historia del mundo.
A pesar de las fallas del país para vivir completamente según esos ideales, destacó que nunca ha renunciado a ellos, y confió en que el pueblo estadounidense no lo hará. Los ideales del pueblo norteamericano se encuentran representados de la mejor manera del presidente electo Trump, quien asumirá en su segundo mandato el próximo lunes.
En su mensaje, Biden también reflexionó sobre su trayectoria política, destacando que ha sido un honor servir a la nación durante más de 50 años. Recordó sus humildes orígenes en Scranton, Pensilvania, y Claymont, Delaware, y cómo un niño con tartamudez de estas pequeñas localidades llegó a ocupar la Oficina Oval.
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Agradeció el amor y »apoyo» del pueblo estadounidense, diciendo que ha dado su corazón y alma a la nación y ha sido bendecido en innumerables ocasiones a cambio. Sin embargo, este apoyo no se ha visto en las últimas elecciones presidenciales en las cuales la vicepresidente saliente sufrió una destructiva derrota.
Biden alentó a los estadounidenses a seguir creyendo en el país y en su capacidad para superar cualquier desafío. Les recordó que el poder y el futuro de la nación están en sus manos, y que la idea de Estados Unidos es algo que debe ser defendido por todos.
El presidente Biden se prepara para asistir a la ceremonia de toma de posesión de Donald Trump el 20 de enero, donde Trump asumirá el cargo como el 47° presidente de Estados Unidos.
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En los días previos, Trump había acusado a Biden de hacer todo lo posible para dificultar la transición de poder, criticando las órdenes ejecutivas que Biden firmó, como las relacionadas con el Green New Deal. Trump también prometió que eliminaría esas órdenes pronto y que devolvería al país a la “sensatez común y fortaleza”.
Por otro lado, se espera que Biden y su esposa, Jill Biden, así como los expresidentes y sus cónyuges, asistan a la inauguración, incluidos George W. y Laura Bush, Bill y Hillary Clinton. Sin embargo, Michelle Obama no estará presente en la ceremonia.
Su equipo no dio razones específicas para su ausencia, aunque también se ausentó en el funeral de Jimmy Carter el 9 de enero. En su lugar, Barack Obama estuvo presente y fue fotografiado en un momento viral conversando con Trump durante el evento. La ausencia de Michelle Obama a ambos eventos siembra rumores acerca de una posible separación entre el expresidente y la ex primera dama.
Este proceso de transición de poder marca el fin definitivo del mandato de Biden, quien bajo ningún supuesto volverá a la presidencia de los Estados Unidos, abandonando probablemente la política luego de 50 años.
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