martes, 7 enero, 2025
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Lo importante son los «likes», no la verdad

El auge de las redes sociales ha transformado el modo en que los dirigentes políticos se relacionan con la sociedad. Publicar un escrito o subir un video corto desde la comodidad de su casa u oficina sentando posición sobre los más variados temas se ha vuelto una costumbre que llegó para quedarse.

El método tiene sus ventajas: la inmediatez, por ejemplo. O la posibilidad, siempre limitada, de interactuar, con las restricciones que cada dirigente le imponga, con los ciudadanos.

No es un recurso que deba desestimarse, pero es preciso advertir que el uso intensivo de las redes sociales no puede reemplazar la militancia, el contacto físico con las demás personas, el conocimiento del territorio, la interacción con ciudadanos que no necesariamente piensan igual y que pueden enriquecer los puntos de vista y las perspectivas de análisis.

Por otra parte, el dirigente político suele expresar en redes sociales, a las que se puede acceder fácilmente tocando un par de teclas del celular, opiniones espontáneas y muchas veces escasamente fundamentadas, exabruptos de los que luego no hay marcha atrás.

Las posturas de los diputados provinciales Tiago Puente y Adrián Brizuela respecto del caso del policía que hirió de dos balazos a un joven que intentaba robar un reflector de la vereda de un negocio, son buenos ejemplos de posturas que surgen visceralmente, sin el análisis reflexivo que un hecho de esta gravedad exige, sobre todo de personas que ostentan un cargo de representación popular en la Legislatura provincial. O que, con el afán de figuración, asumen cualquier postura, no importa si condice o no con la realidad. Tal vez en un año electoral lo único importante es recibir likes de sus seguidores.

“¡Es el mundo del revés! ¡¿Cómo puede ser que un Policía quede detenido por cumplir su deber?! No aprendieron nada de Chocobar? Libérenlo ya! En un Estado ordenado, los delincuentes deben estar tras las rejas y las víctimas deben ser libres, no al revés”, expresó Puente.

Brizuela, por su parte, se quejó de que “un efectivo de la Policía de Catamarca esté preso precisamente por cumplir con su deber (…) Exigimos la inmediata liberación del policía detenido”.

Ambas declaraciones, prácticamente vomitadas al espacio virtual sin un mínimo de corroboración de lo que había pasado, padecen graves errores de apreciación y omiten decir lo que realmente sucedió. El policía no cumplió con su deber, porque no se puede atacar a un ladrón de reflectores desarmado a balazos. Tampoco el policía fue víctima de nada, porque su primera versión, respecto de que el ladrón había ingresado a su domicilio era falsa, según lo señala claramente la Justicia a partir de la visualización de una cámara de seguridad, como también era falsa su declaración de que el individuo, luego baleado, portaba un arma blanca. Es más, la Justicia investiga si el efectivo y su pareja, que sostuvo la misma falsa versión, plantaron un cuchillo para justificar la persecución a balazos.

Aún después de conocidos los detalles del hecho, que según la descripción del informe del Ministerio Público Fiscal daría lugar a interpretar que se trata de un caso de gatillo fácil, ambos legisladores continuaron sosteniendo la misma incomprensible posición.

Episodios de tanta gravedad como el ocurrido el sábado a la madrugada en el norte de la ciudad exigen serenidad y equilibrio a la hora de declarar. La Justicia debe actuar y definir las responsabilidades penales que les caben a los protagonistas del caso: del sujeto herido, por intentar robar un reflector en la vía pública, y del policía, por atacar a balazos a un hombre desarmado, algo que está expresamente prohibido por el Código Penal, como lo saben perfectamente, o deberían saberlo, los diputados provinciales Puente y Brizuela.

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