El fin de 2024 encontró a la oposición en la provincia enfrascada en un incipiente debate, que amenaza con tomar cuerpo en los próximos meses, a medida que se vayan acortando los plazos electorales. El contrapunto se vincula con la posibilidad del armado de un gran frente opositor que compita de igual a igual con el peronismo catamarqueño y aliados, disputándole la hegemonía electoral que ostentan desde hace muchos años.
El debate atraviesa tanto al espacio libertario como al radicalismo catamarqueño (el Pro, debilitado, debe apostar sin ambages a una alianza que lo contenga para no desaparecer). Y en ambas fuerzas existen posturas a favor y en contra de un eventual acuerdo, con argumentos que van desde lo ideológico hasta la mera conveniencia política.
El dirigente que con más énfasis ha planteado la necesidad de un gran frente opositor es uno de los principales referentes de La Libertad Avanza en Catamarca, el diputado provincial Adrián Brizuela, que además fue muy duro con los dirigentes que se resisten al acuerdo, a quienes acusó de ser “funcionales al mantenimiento del status quo”.
Por el lado de la UCR, son fervientes partidarios de la coalición el diputado Francisco Monti, que participó de una reunión con Javier Milei junto a otros “radicales con peluca”, y el senador Flavio Fama, que en la última convención partidaria se pronunció a favor de un gran frente opositor. Su reflexión se emparenta notablemente con la de Brizuela: “Necesitamos abrir el juego y trabajar con todos los que quieran un cambio en la provincia. Basta de internas y peleas que lo único que nos hacen es estar más lejos de la gente. Nos destruimos entre nosotros y el único que gana es el oficialismo”, dijo Fama en el evento del último 14 de diciembre.
El oficialismo radical no comparte esta perspectiva, señalando como fundamento las diferencias ideológicas que separan al radicalismo de los libertarios. También reniegan de ese frente algunos dirigentes mileístas, como el empresario Javier Galán, que advirtió que «no se debe confundir una verdadera coalición de ideas con un amontonamiento de políticos», y recordó que «a lo largo de la historia, este tipo de alianzas atadas con alambre han llevado al fracaso y la desilusión de los electores que ven traicionados los principios fundamentales que votaron».
La idea de los acuerdistas es conformar una coalición de partidos, agrupaciones y sectores que pueda reeditar la experiencia victoriosa del Frente Cívico de 1991, que, intervención federal mediante, logró desplazar del poder al sadismo gobernante desde 1983. El contexto político es muy diferente. Tampoco resiste comparación la situación de la UCR: hace 34 años se erigía con puntal indiscutible de aquella coalición. Hoy mantiene entre su dirigencia esa ambición de liderazgo, pero no es postura que comparta la dirigencia libertaria, que aspira a disputársela esgrimiendo como argumento el resultado de la última elección provincial. En efecto, en octubre de 2023, en la categoría gobernador y vice, Unión por la Patria, que tenía como candidato a Raúl Jalil, obtuvo el primer lugar con el 54% de los sufragios. El segundo lugar le correspondió a La Libertad Avanza, que llevaba como candidato a José Jalil Colomé –hoy alejado del oficialismo partidario- y que cosechó el 23% de los votos. Recién en el tercer lugar apareció el radicalismo, con la postulación de Flavio Fama y apenas el 22% de los votos.
La UCR exhibe una estructura potente y con presencia territorial en toda la provincia. Los libertarios, un antecedente electoral indiscutible y un caudal de votos presuntamente en ascenso.
Durante el año electoral que recién se inicia se discutirá si ese amplio frente es posible, pero también cómo se estructura eventualmente su liderazgo.