El máximo tribunal definió que la Corte de la ciudad será el ámbito de apelación final para los fallos de la justicia ordinaria nacional. Es un paso esencial para la autonomía porteña y va en línea con el reclamo de transferencia de competencias que Jorge Macri hizo ayer al anunciar el desdoblamiento electoral.
La Corte Suprema se despide del año con una fallo que impactará de lleno en la administración de justicia y que implica, además, un reconocimiento pleno del proceso de autonomía del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires: el Superior Tribunal de la ciudad será desde ahora el encargado de decidir ante las apelaciones a fallos en la justicia nacional.
El proceso de creación autonómica de la ciudad se potenció en la Constitución de 1994, pero fue recién el 10 de octubre de 1996 cuando se juró la Constitución de la Ciudad y se establecieron sus instituciones. Desde ese momento comenzó un proceso de transferencia de competencias de la Nación a CABA que estuvo plagado de presiones y trabajas forzadas especialmente desde el peronismo. La Ley Cafiero, por ejemplo, más habilitar plenamente el proceso de autonomía terminó estableciendo camino tortuoso para que todas las competencias de la Nación que corresponden al territorio de la Ciudad pasaran al control del gobierno porteño.
Ayer Jorge Macri se dedicó a recordar parte de las materias pendientes en el traslado de la autonomía porteña, por ejemplo con el caso del control de los puertos. En el tema Justicia, el traslado de la competencia avanzó claramente, pero aún está pendiente el pase de la Justicia Nacional a la Ciudad en materias como la penal.
El máximo tribunal dio ayer un paso clave en ese sentido: en un fallo histórico estableció que el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es la instancia superior de apelación para todos los juicios ordinarios que se tramitan en la justicia Nacional. El fallo, más allá del impacto que tiene en la tramitación de algunas causas resonantes, implica quizás el paso más definitivo en el avance de la autonomía de la justicia de la ciudad.
En la última acordada del año la Corte Suprema emitió algunos fallos que van en la misma dirección. Fue la última reunión del tribunal con la constitución que conocimos en los últimos años, es decir, Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda, Ricardo Lorenzetti, y Carlos Rosenkrantz. En esa acordada se avanzó sobre causas que tramitan en distintos fueros, como el civil, comercial, penal o laboral, pero siempre en la justicia nacional ordinaria. Y en todos los casos definió que el Tribunal Superior de Justicia de CABA (para ser más claros, la Corte Suprema de Justicia de la Ciudad) es desde ahora el tribunal de apelación para esas causas de la justicia nacional.
En fallo, que contó con el voto a favor de Rosatti, Maqueda y Lorenzetti y el voto en disidencia de Rosenkrantz, es además la antesala de prueba del funcionamiento que tendrá por ahora el máximo tribunal que, formalmente, desde mañana queda con tres miembros ante la jubilación de Maqueda que cumple 75 años.
El gobierno de Javier Milei dejó saber esta semana que aún no está dispuesto a avanzar por decreto en el nombramiento de los dos sillones que están vacíos en la Corte Suprema para Ariel Lijo y Manuel García Mansilla. La Casa Rosada aún mantiene la negociación abierta y con ese mensaje dio una señal de tiempo, mientras que en el Senado siguen esperando los pliegos de ambos candidatos listos para emitir dictamen y bajar al recinto, aunque sin número para hacerlo todavía.