La petrolera YPF aplicará un aumento de sus combustibles (nafta y gasoil) de 1,75% promedio en todo el país a partir del próximo viernes 3 de enero de 2025.
«Va a ser desde el viernes 3 para no afectar este cuasi fin de semana largo de Año Nuevo, porque mucha gente ya salió o está viajando», explicaron fuentes de la empresa.
Esta suba se trata de la menor en los últimos 12 meses, debido a que los combustibles en el mercado local ya alcanzaron su paridad con los valores internacionales.
Además, pese a que YPF funciona como una Sociedad Anónima (SA) privada donde el Estado tiene el 51% de sus acciones, este menor incremento de los precios, por debajo del 2% mensual, colabora con las intenciones del Gobierno de bajar la inflación.
La nafta súper de YPF en la Ciudad de Buenos Aires, de esta forma, trepará por encima de los $ 1.127 por litro, equivalente a 1,10 dólar oficial o a US$ 0,95 al tipo de cambio Contado Con Liquidación (CCL). A principios de año, los directivos de la compañía creían que el valor de «equilibrio» para la nafta súper era de US$ 1,23 al oficial.
En todo 2024, la nafta, tanto la súper como la premium, tuvo un aumento del 100% en Buenos Aires; mientras que el gasoil trepó 90% y el diésel grado 3, con menor cantidad de azufre, un 83,9%. Para las cuatro variables, la suba fue menor que la inflación acumulada en el año, que cerrará en torno al 117% o 118%.
Desde mediados de año, la decisión de la cúpula de YPF fue cerrar progresivamente las brechas de precios entre la Ciudad de Buenos Aires y los municipios del Gran Buenos Aires (GBA), así como con el resto de las provincias. Al momento, la diferencia es por tasas municipales, impuestos provinciales y los costos logísticos de llevar los combustibles desde las refinerías hasta los centros de consumo.
Por otro lado, el Gobierno quiere recuperar recaudación tributaria con los impuestos a los combustibles, que acumulan un atraso del 118% -la inflación de 2024-, pero seguirá resignando el equivalente en pesos a 200 millones de dólares por mes para evitar aumentos drásticos de la nafta que signifiquen una marcha atrás en la desaceleración de la evolución de los precios.
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