Frente al Centro Administrativo del Poder Ejecutivo (CAPE), un grupo de mujeres protagoniza una protesta en reclamo de viviendas prometidas por el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV). En una medida extrema, las manifestantes se encadenaron en las oficinas del organismo para exigir una solución inmediata, tras años de inscripciones y compromisos incumplidos por parte de las autoridades.
La protesta comenzó en la madrugada, cuando las mujeres llegaron al lugar y se encadenaron como símbolo de resistencia pacífica. Según relatan, habían recibido la promesa de ser atendidas, pero los funcionarios abandonaron las oficinas, obligándolas a pasar la noche en la plaza cercana. Durante el acto, denunciaron un trato policial hostil que, aseguran, las trató “como delincuentes”.
Entre las manifestantes, hay historias de extrema vulnerabilidad. Una madre de tres hijos vive en hacinamiento tras haber sido víctima de robos, mientras que otra mujer lleva 15 años inscrita en el IPV, cuidando a un hijo con discapacidad, y afirma haber recibido reiteradas falsas promesas. También se encuentra una paciente oncológica con cirrosis, quien asegura que, pese a estar priorizada en las listas, sigue sin vivienda. Todas denuncian que las respuestas son inexistentes, mientras sus condiciones de vida empeoran.
El grupo, conformado por cinco mujeres, dejó en claro que no cesará en su reclamo hasta obtener una respuesta concreta. Exigen que funcionarios cumplan con sus promesas y actúen con sensibilidad ante la crítica situación habitacional que enfrentan. “No somos un tumulto de gente ni estamos haciendo daño. Solo queremos lo que nos prometieron”, afirmaron, advirtiendo que su lucha continuará si no se atienden sus demandas.