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Editorial

El debate sobre la pirotecnia sonora se intensifica cada fin de año, y en la provincia no es la excepción. Aunque el tema fue tratado en la Legislatura, un proyecto de ley que buscaba regular su uso y venta no logró avanzar. La iniciativa tenía como objetivo establecer normas claras para la distribución y el empleo de estos elementos, cuya utilización genera posturas divididas en la sociedad, especialmente por sus implicancias en la salud y el impacto en los animales.

Durante los días previos a la Nochebuena, la Policía de la Provincia realizó entrega de folletos con recomendaciones en diferentes puntos de la ciudad. “Recordá que la pirotecnia sonora afecta a nuestras mascotas y a personas sensibles a los ruidos fuertes”, publicaron en las redes sociales. Pero no solamente la policía sino también desde otras organizaciones intentaron concientizar sobre las consecuencias sufridas por los grupos afectados, ya que el sonido les podría provocar elevados niveles de estrés y de pánico.

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Desde la Asociación Argentina de Padres con Autismo llevan anualmente la campaña Pirotecnia Cero. “Las personas con autismo, en especial niños y niñas, presentan hipersensibilidad sensorial y muchas de ellas hipersensibilidad auditiva. Es por eso que el umbral de tolerancia auditiva a determinados tramos de la frecuencia sonora, es muy bajo”. En igual sentido se pronunció Daniel Lizabe de Fundación Utopías.

A pesar de estas iniciativas, los estruendos de la pirotecnia volvieron a resonar en Nochebuena y Navidad, evidenciando la persistencia de esta práctica y el incumplimiento de las ordenanzas municipales vigentes en localidades como Valle Viejo, Fray Mamerto Esquiú y la Capital. En esta comuna la ordenanza municipal está vigente desde el 2016. FME tiene su norma aprobada y vigente desde el 2017 que prohíbe la comercialización, exhibición, fabricación y venta de todo tipo de elementos de pirotecnia, salvo los aprobados por el RENAR. En tanto que en Valle Viejo desde 2019 rige la ordenanza.

La diputada Natalia Herrera presentó un proyecto de ley para la prohibición de uso y distribución de pirotecnia sonora. El proyecto propone prohibir el uso y distribución de artificios pirotécnicos cuyos efectos audibles o sonoros sean superiores a 84 decibeles, cualquiera fuera su naturaleza y característica.

El debate sobre la pirotecnia sonora en la provincia refleja una tensión cuyos controles parecen inviables. A pesar de las ordenanzas municipales vigentes y las campañas de concientización impulsadas por organizaciones y la Policía, el uso de estos elementos persiste debido al incumplimiento de las normativas de los comerciantes y de quienes hacen uso de la pirotecnia sonora.

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