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Editorial

Tanto los informes oficiales como privados confirman que durante los primeros meses del gobierno de Javier Milei se produjo un fuerte incremento de la pobreza, la indigencia y el desempleo. Promediando el año la caída se interrumpió y la baja de los índices inflacionarios, provocada por la fuerte caída en el consumo, permitió advertir una leve mejora en los indicadores mencionados. La situación parece haberse estabilizado, lo cual es un alivio considerando la baja del primer semestre, pero una mala noticia teniendo en cuenta que la situación social es bastante más crítica que la que existía hace un año atrás.

El último relevamiento del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina, que se ha convertido en un referente ineludible en los últimos 15 años en el análisis de la situación de los sectores de mayor vulnerabilidad, confirman que, después de haber tocado un pico máximo de casi 55% en el primer trimestre de 2024, la pobreza en el país se estabilizó en torno al 50% en el tercer trimestre, es decir, alrededor de 6 puntos porcentuales más que la que existía en el segundo semestre del año pasado, según la misma fuente.

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Un dato especialmente revelador del estudio de la UCA es la estrategia a la que deben recurrir las familias para afrontar los gastos en sus hogares. Por ejemplo, el trabajo consigna que el 31% de los hogares encuestados recortó gastos en atención médica; el 29,4%, en la compra de medicamentos; el 27,1% admitió que no pudo pagar alguno de los servicios públicos como gas, luz y agua, y el 29,9% no pagó alguna tasa o impuesto.

El aumento de los servicios ha sido muy superior al del ritmo inflacionario general y no está considerado debidamente, de acuerdo con su impacto real, a la hora de confeccionar el índice de precios al consumidor por parte del INDEC. Es por esa razón que los índices elaborados según criterios más actualizados, como el de la Ciudad de Buenos Aires, en el que tiene mayor incidencia el costo de los servicios, siempre da por encima de la inflación que difunde el organismo oficial nacional. En noviembre el índice de la ciudad de Buenos Aires dio 3,2% mientras que el INDEC difundió un índice del 2,4%, casi un punto porcentual menos.

Otra información del informe del Observatorio de la Deuda Social que corrobora el deterioro de las condiciones sociales es la que asegura un incremento de la inseguridad alimentaria. Mientras en 2023 uno de cada cinco hogares no tenía todas las comidas diarias aseguradas, en 2024 esa proporción aumentó a uno de cada cuatro hogares.

La estabilización provisoria de los indicadores macroeconómicos se convierte, en consecuencia, en una oportunidad para que el gobierno adopte medidas que tiendan a mejorar las condiciones de los hogares de mayor vulnerabilidad, un desafío que el mercado por sí solo ya ha dado muestras de no poder asumir con eficacia.

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