sábado, 7 de diciembre de 2024 11:00
A más de 12.000 kilómetros de los Países Bajos, la reina Máxima Zorreguieta y el rey Guillermo Alejandro encontraron su refugio en la Patagonia argentina. Bariloche, en la provincia de Río Negro, es el hogar de la “Estancia Pilpilcurá”, una propiedad que combina lujo, naturaleza y privacidad, ideal para desconectarse de las obligaciones reales.
La “Estancia Pilpilcurá” no es solo una mansión de lujo, sino un santuario rodeado de un paisaje imponente. Situada en una de las regiones más hermosas de la Patagonia, esta propiedad destaca por su conexión con la naturaleza. El entorno ofrece diversas actividades al aire libre, como cabalgatas y excursiones guiadas por expertos locales, diseñadas para aprovechar al máximo la belleza del lugar.
El interior de la estancia refleja una fusión entre elegancia y tradición local. Con cinco habitaciones decoradas con madera nativa y textiles artesanales, el diseño busca transmitir calma y exclusividad. Cada detalle parece pensado para ofrecer una experiencia única, alejada del bullicio de la vida cotidiana.
La hostería también se distingue por su propuesta gastronómica, que incluye productos frescos de su huerta, desayunos con repostería artesanal, dulces caseros y jugos naturales. Según una reseña, el lugar combina “calidez, confort y atención personalizada, haciendo de Estancia Pilpilcurá el lugar ideal para disfrutar y vivir la naturaleza de la Patagonia”.
Este rincón en Bariloche no es ajeno a las visitas ilustres. En 2006, la estancia recibió al clan Macri, lo que muestra su reputación como un espacio de lujo y exclusividad en la región.
Para Máxima Zorreguieta, la conexión con Argentina va más allá de su rol como reina de los Países Bajos. Nacida en el país sudamericano, su vida y su historia personal mantienen vivos los lazos con su tierra natal. Estancia Pilpilcurá representa ese vínculo emocional, un espacio que les permite a ella y a Guillermo Alejandro disfrutar de momentos de tranquilidad lejos de las responsabilidades reales.
La propiedad, además de ser un refugio, se ha convertido en un símbolo del equilibrio entre sus deberes como monarcas y la necesidad de privacidad. Este rincón en Bariloche les ofrece la oportunidad de reconectar con la naturaleza y con los aspectos simples de la vida, algo difícil de encontrar en su día a día europeo.
La estancia es un ejemplo de cómo el lujo puede coexistir con la naturaleza. Sus actividades al aire libre, la atención al detalle en su diseño interior y la calidad de su oferta gastronómica convierten a Pilpilcurá en un destino soñado, no solo para la realeza, sino también para cualquiera que busque una experiencia auténtica en la Patagonia.