viernes, 6 de diciembre de 2024 14:00
En un video que publicó en sus redes sociales, Santi Maratea contó cómo confesó lograr su adicción al cigarrillo. Además, reveló que recientemente cumplió un año sin fumar.
«Acabo de correr diez pasadas de 400 metros en un minuto y veinte. Me parece una buena oportunidad para compartirles algo que me da mucho orgullo. Hace una semana cumplí un año sin fumar, y estoy muy contento», comenzó.
Y agregó: «Yo fumaba aproximadamente entre 20 y 30 cigarrillos por día. Fumaba armado, y los que fuman sabrán que el armado dura más que el industrial, entonces estaba fumando todo el día. Mi ropa, mi casa, mi auto, todo tenía olor a cigarrillo. Cuando llovía y estaba en el auto, bajaba la ventanilla y fumaba igual».
«Estaba con una piba que me encantaba y un día me dijo ‘es muy grave lo mucho que fumás, y es un asco. No puedo seguir con vos si seguís fumando’. Pero no podía dejar de fumar, era más fuerte que yo», sumó.
«Otro ejemplo, que es muy triste y me da bastante vergüenza contárselo, pero yo lo último que hacía antes de dormir era fumar un cigarrillo, y lo primero que hacía cuando me levantaba era fumar. Muchas veces era el mismo cigarrillo porque cuando me iba a dormir fumaba en la cama, me quedaba dormido y me levantaba todo manchado por las cenizas, con la almohada quemada», remarcó.
«Probé de todo: el libro para dejar de fumar, los chicles de nicotina, intenté internarme en un centro de rehabilitación, fui a un brujo, pero nada funcionó. Lo que más me ayudó fue ponerme un objetivo y enamorarme de ese objetivo que sabía que no lo iba a poder conseguir si fumaba. En mi caso fue empezar a jugar al fútbol. Sentía que meterme en un equipo me iba a manijear», sostuvo.
«Después de un tiempo llegué a un tope y tuve que decidir. Es un momento triste y de mucho enojo. Un día volví a mi casa, me senté en la mesa re enojado y por primera vez canalicé mi bronca con el cigarrillo, que me estaba cagand… la vida, que meses después iba a terminar matando a mi viejo y que mató a mi abuelo», sentenció.
«Esa noche rompí un cigarrillo y dije ‘no fumo nunca más en la vida’. Me largué a llorar porque todo era oscuridad. O generaba un cambio o me quedaba envuelto en la mier… en la que vivía hace años. Es un momento muy duro y de soledad. Estoy orgullosísimo de la decisión que tomé, de la fuerza que tuve para lograrlo», cerró.