El descubrimiento de un tratamiento para el Sida, que permite a quienes padecen la enfermedad una buena calidad de vida, ha provocado en las últimas décadas que se hable mucho menos de esta infección, y también que la prevención se vuelva más laxa, lo que ha derivado en un incremento de los casos.
Ayer se celebró el Día Mundial del Sida, oportunidad que resulta propicia para volver a tomar conciencia de la necesidad de prevenir los contagios a través de métodos que se han mostrado eficaces a lo largo de varias décadas y que en muchos casos se han abandonado a medida que descendían los casos fatales.
En la Argentina hay actualmente, según los datos oficiales del Ministerio de Salud de la Nación, 140.000 personas que viven con el VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana). Cada año se contagian otras 5.300. Uno de los principales problemas es que una proporción importante de los portadores del virus (alrededor del 13%), sobre todo aquellos que no desarrollan síntomas, no lo saben. De modo que siguen propagando el virus pues toman mucho menos precauciones que aquellos que sí saben que son portadores.
De modo que resulta clave que se multipliquen los test de diagnóstico para conocer si se tiene o no el virus, pruebas que están disponibles en centros de salud públicos, al menos en las ciudades más pobladas. Son gratuitas, confidenciales y no requieren orden médica. Las personas pueden conocer su diagnóstico a partir de una gota de sangre tomada de un dedo en menos de 15 minutos. Acceder a esta información, y en función de los resultados asumir conductas preventivas, es clave para frenar la expansión en la circulación del virus.
Como se sabe, el virus del Sida puede transmitirse a través de relaciones sexuales sin protección con una persona infectada, por el contacto con sangre contaminada (por ejemplo en transfusiones o el uso compartido de jeringas), o de madre a hijo durante el embarazo.
La continuidad de los tratamientos es indispensable para reducir progresivamente la carga viral, que en determinado momento es tan baja que ni siquiera la infección se contagia por vía sexual.
La Fundación Huésped, que viene trabajando de un modo muy responsable y comprometido en esta problemática, acaba de lanzar una advertencia respecto del financiamiento de los tratamientos en la Argentina. En el proyecto de Presupuesto se proyectan 66.500 tratamientos para personas con VIH, cifra inferior a los 70.500 proyectados para 2024, lo que implica que no se están teniendo en cuenta los casi 5.000 nuevos casos anuales.
La iniciativa que contempla el financiamiento para las políticas públicas en 2025 aún se encuentra en estudio, por lo que se está a tiempo de corregir ese déficit y evitar que la motosierra del Gobierno nacional afecte la asistencia médica a personas que sin el tratamiento verán deteriorada su salud con el consiguiente riesgo para sus vidas.