CÓRDOBA.- La startup cordobesa que ayuda a ahorrar agua y que hace unos dos meses recibió una inversión de US$7,5 millones de un fondo de inversión especializado en innovación industrial, decidió poner en marcha un programa para restaurar 350 millones de metros cúbicos en las cuencas hidrográficas para 2030. El volumen es el equivalente a 140.000 piscinas olímpicas.
Kilimo trabaja sobre proyectos de acción climática en tres ejes: inteligencia artificial (IA) para el monitoreo del riego; conversión de riego e iniciativas de agricultura regenerativa y educación a través de su Academia de Riego.
La empresa nació en Córdoba en 2014 de la mano de Jairo Trad, Juan Carlos Abdala y Rodrigo Tissera. Se basa en el procesamiento de información satelital y datos climáticos que mejoran el rendimiento del riego hasta en un 30%. En tanto, según la compañía la eficiencia del uso del agua aumenta a 70%. La empresa monitorea 44 cultivos en todo el mundo y le permite también al productor que controle su plantación desde cualquier lugar y en cualquier momento. Opera en la Argentina, Guatemala, Chile, Perú, México, Uruguay y Brasil.
A una década de su creación, Trad sostuvo que uno de los “principales aprendizajes” que motivan su negocio es que “la seguridad hídrica del futuro necesita abordarse desde una visión colectiva donde los diferentes actores participen activamente y compartan la responsabilidad del cuidado de los recursos vitales para un futuro sostenible”.
En ese marco, aseguró que tomaron su “compromiso” de restaurar 350 millones de metros cúbicos de agua con “mucha seriedad y con la colaboración de nuestros aliados guardianes del agua”.
El planteo lo realizan en un contexto en el que la Argentina experimenta fluctuaciones en la disponibilidad de agua, con regiones que sufren sequías prolongadas y otras con inundaciones recurrentes. La agricultura en el país representa aproximadamente el 70% del uso de agua dulce, y gran parte de este recurso se destina a métodos de riego tradicionales, según datos que gestionan en la startup. En ese marco insisten en que, en muchas áreas agrícolas, el uso de técnicas de riego más eficientes puede ayudar a conservar el agua y mejorar la sostenibilidad de los cultivos.
En el mundo, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, 2400 millones de personas viven en países con estrés hídrico. Muchos son pequeños agricultores que ya experimentan problemas para cubrir sus necesidades diarias de agua potable, alimentos nutritivos y servicios de higiene y saneamiento. Los recursos de agua dulce por persona se han reducido un 20% en los últimos 20 años.
Para la ONU las soluciones para esta crisis mundial están en atender la agricultura, que representa el 72% del uso mundial de agua dulce para producir alimentos.
La empresa llevará adelante su “compromiso” aplicando las herramientas que gestiona como la IA para “optimizar el uso del agua” en la agricultura, permitiendo a los agricultores “tomar decisiones informadas y reducir el desperdicio de agua”. Además, promueve la transición de métodos de riego tradicionales a técnicas más eficientes, como el riego por goteo, para mejorar la eficiencia del uso del agua en la agricultura e instrumenta prácticas agrícolas sostenibles que mejoran la salud del suelo y aumentan la capacidad de retención de agua, “contribuyendo a la resiliencia climática y la seguridad hídrica”.
En su Academia de Riego, a través de programas educativos, capacita a agricultores y profesionales del sector en el uso de tecnologías y prácticas de riego eficientes. “No solo buscamos mitigar los efectos del estrés hídrico, sino también fomentar un uso más responsable y sostenible del agua en la agricultura, garantizando un futuro con agua disponible para todos”, señalaron.
Conforme a los criterios de