El operativo de regularización de activos que lanzó el gobierno de Javier Milei quedó algunos escalones debajo del que se cerró en marzo de 2017, durante el gobierno de Mauricio Macri. Aunque también se lo puede considerar exitoso.
El blanqueo de 2017, llamado de “Sinceramiento Fiscal y Reparación Histórica a los Jubilados”, logró la regularización de patrimonios por 116.800 millones de dólares y de ese total casi el 10%, unos US$ 9.522 millones, fueron a parar a la AFIP, porque a diferencia del blanqueo 2024, que busca reforzar las reservas, aquella vez el contribuyente tenía que pagar una penalidad del equivalente al 10% de lo que blanqueaba, tanto si el dinero era repatriado como si quedaba depositado en el exterior.
Ahora la AFIP recaudará poco, porque el blanqueo puede resultar gratis bajo ciertas condiciones (regularizar hasta 100.000 dólares o también una cifra superior, siempre que quede inmovilizada (en el caso de dinero líquido) hasta diciembre de 2025. Hay excepciones, como aplicar el dinero a la compra de un inmueble o un automóvil.
Las actuales autoridades entendieron que el blanqueo debeía apuntar a ampliar la base de contribuyentes y no a generar un ingreso fiscal extra de dinero para la AFIP. Es más, los funcionarios dijeron que lo deseable es que los dólares blanqueados se vuelquen a la actividad productiva o a inversiones financieras. Algo de eso hubo: crecieron muy fuerte los depósitos en dólares y las empresas aprovecharon para tomar préstamos en dólares a tasas de interés bajas. El Banco Central logró por esa vía recomponer reservas, porque las empresas toman los créditos y los liquidan.
Otros dólares fueron a inversiones financieras debido a que los que blanquearon depositaron sus dólares en los bancos y luego los transfirieron a cuentas de inversiones especiales para desde allí comprar activos financieros. Son inversiones que no podrán salir del mundo “CERA” hasta fin de 2025.
El resultado del blanqueo del Gobierno de Macri fue este:
Se blanquearon activos por US$ 116.800 millones de dólares, equivalentes al 1,5% del PBI de entonces. El 54% de los fondos blanqueados quedaron fuera del país, y el 46% restante fue repatriado o ya estaba en el país.
Se presentaron 254.000 declaraciones juradas, y el 96% correspondió a personas físicas
Este monto superó ampliamente los valores obtenidos los blanqueos que cerraron en 2009 y 2015 (US$ 4.692 millones y US$ 2.595 millones, respectivamente).
Además, se regularizaron 167.000 propiedades inmuebles, 110.000 se sinceraron en la Argentina, y 57.000 fueron blanqueadas en el exterior. Lo impactante de aquel blanqueo es que se duplicó la base imponible de Bienes Personales.
La perla negra del blanqueo de Macri es que una semana después de su cierre, la lista con los principales contribuyentes que habían entrado al blanqueo se hicieron públicas en un medio de comunicación.