El hecho de que las propias empresas se tienen que hacer cargo de preparar a su personal para poder seguir vendiendo y haciendo negocios en un contexto atravesado por la irrupción de la Inteligencia Artificial, será uno de los ejes que atravesará el encuentro de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE).
«Hay una discusión que nos debemos todos los sectores, tanto en la política como en las empresas, que es cómo vamos a trabajar la empleabilidad de la gente para que tengan esas habilidades que son tan difíciles de conseguir», planteó Luis Guastini, presidente de Manpower Argentina y titular del 27º Encuentro Anual de ACDE.
La convocatoria empresaria, este martes y miércoles, será en un escenario inusual, el Regimiento de Patricios de Palermo. Habrá exposiciones políticas, emprendedores y también una mirada no exenta de crítica sobre la situación social, con la mitad de la población de la Argentina bajo la línea de pobreza. «Hay mucho trabajo por hacer en el terreno social», planteó Silvia Bulla, presidenta de la entidad. Desde ACDE buscan generar puentes de diálogo con el Gobierno a través tanto del Foro de Convergencia Empresarial como con vínculos directos con la secretaría de Educación, donde la entidad realiza buena parte de su labor institucional.
Guastini, de profesión abogado (UBA), planteó que las empresas también están siendo «muy cautas» a la hora de tomar decisiones sobre despidos o reducción de personal, ya que, dijo, el «costo de oportunidad» de conseguir el talento que están buscando «es altísimo».
Bulla, licenciada en Estadística de la Universidad de Rosario y titular de ACDE desde hace un año, también es una especialista en el tema de RRHH, con trayectoria en la multinacional Dupont. Hoy preside una de sus divisiones en la Argentina, Danisco, y a la vez es titular de Recursos Humanos para América Latina del gigante International Flavors and Fragrances, producto de la fusión de Dupont con IFF. «Los cambios de tecnología que vamos a estar hablando en el encuentro tienen que ver con que las habilidades que necesitamos (en las empresas) no son las que estamos recibiendo a partir de los graduados de las escuelas o también a partir de los graduados universitarios«, dijo Bulla, sin demasiadas vueltas. «Hay por delante un esfuerzo de reconfiguración de las habilidades de las personas, en el cual las empresas tienen que comprometerse también, para poder hacer frente a este cambio tecnológico».
Los dos directivos coincidieron en que las empresas están haciendo esfuerzos extra para retener personal, pese a la fuerte caída de la actividad. Elogiaron el esfuerzo del Gobierno por ordenar las variables «macro», pero alertaron sobre la necesidad de generar «acuerdos de largo plazo» entre la dirigencia política, como condición para atraer inversiones.
En un encuentro en la sede de ACDE, en un segundo piso con vista a la peatonal Florida y a una cuadra de Plaza San Martín, plantearon que no se puede esperar que sea el Estado el que resuelva, al menos en el corto plazo, la brecha educacional que plantea el «tsunami tecnológico».
-¿Qué evaluación hacen de estos seis meses de la gestión económica y social del Gobierno?.
Luis Guastini: Hay un camino que que empezó a transitarse de de regularización de ciertas variables macroeconómicas como la inflación. Son requisitos sine qua non para un desarrollo del país. Pero siempre en nuestro ADN como asociación de dirigentes cristianos está la mirada en los que menos tienen o los que más sufren en estos procesos, que son intensos. Siempre vamos a estar mencionando y poniendo foco en esa responsabilidad que tenemos como dirigentes cristianos, de no estar mirando solamente el ánimo de lucro de las empresas. Tenemos un rol que trasciende ese ánimo de lucro, un rol social.
-¿Este es un momento en la cual el empresario debería poner dinero de su bolsillo para sostener la empresa y no tener que despedir personal?
Silvia Bulla: Hay muchas realidades, está la de las pymes, la de las grandes empresas argentinas y las de las multinacionales que deciden mantener la operación y solidificarse en el país. Es muy difícil tener una respuesta general para esta pregunta. Con la mirada de las familias y de las personas, obviamente somos muy conscientes del momento específico que está atravesando el país. Hay una realidad económica en las empresas: no está acelerándose una decisión de achicar drásticamente las plantillas, eso también lo estamos observando. Se han tomado otros caminos para, en la medida de lo posible, reorganizar las empresas y poder hacer frente a este momento tan en particular. No estamos viendo decisiones tan drásticas como en otras desaceleraciones o en otros momentos del país con similares desafíos.
-¿Esa conducta bien podría ser por conciencia social o también por expectativas?
-Las dos cosas.
Luis Guastini: Es una mezcla. Como decía Silvia, cuando uno habla de la empresa, en realidad está hablando de múltiples realidades con actividades muy disímiles. Pero es cierto que hay una mirada a corto plazo con una expectativa de mejora. No sabemos la intensidad de esa mejora, pero sí que hay una expectativa de de que en los próximos meses empiece de a poquito a regularizarse algunas de las variables, sobre todo el consumo. Pero también hay otra realidad, de la cual vamos a hablar en el encuentro, que tiene que ver con la empleabilidad. Todas las empresas están siendo atravesadas, hoy, por un tsunami tecnológico que las está poniendo a prueba, todas están atravesando la misma problemática. La consecuencia de esa irrupción de la tecnología, con tanta velocidad, es que se requieren habilidades que son muy difíciles de conseguir en el mercado. Hay una discusión que nos debemos los sectores tanto político como el empresariado: cómo vamos a trabajar la empleabilidad de la gente para que tenga esas habilidades que son tan difíciles de conseguir. De modo que hoy, frente a una expectativa de extrema dificultad de conseguir talento, las empresas también están siendo muy cautas a la hora de tomar decisiones, ya que después el costo de oportunidad de conseguir el talento que están buscando es altísimo. Entonces eso también está influyendo en las decisiones.
-¿Hay una enorme brecha en el terreno de la capacitación?
Silvia Bulla: Creemos que la educación es uno de los caminos para ayudar y acelerar a que el país pueda tener más oportunidades. En el caso ideal de que llovieran inversiones, si hubiera muchísimas posibilidades, ¿cómo estamos preparados para hacer frente, no a una situación futura sino presente? Los cambios de tecnología que vamos a estar hablando en el encuentro tienen que ver con que las habilidades que necesitamos para poder enfrentarlos no son las que estamos recibiendo a partir de los graduados de las escuelas o también a partir de los graduados universitarios. Hay un esfuerzo, con el cual las empresas tienen que comprometerse también, de reconfiguración de las habilidades de las personas, para poder hacer frente a este cambio tecnológico.
-¿La empresa tiene que cumplir sí o sí ese rol?
-Sí. No debería ser excluyente de la empresa. Pero en el corto plazo, no hay posibilidad de revertirlo y las empresas tienen que comprometerse con ese cambio.
Luis Guastini: Si uno mira la primera revolución industrial, todo el modelo de producción estaba basada en la idea de que había una fuerte inversión del Estado en capacitar a la gente y después tras un proceso de escolarización que podía terminar en el secundario en la universidad, las personas salían con los suficientes conocimientos como para poder trabajar hasta que su jubilación. Hoy ese modelo está siendo interpelado y se han dividido las responsabilidades en tres grandes pilares. El Estado obviamente sigue teniendo una enorme responsabilidad en la educación, pero también las empresas tienen una cuota parte importante y las personas tienen una responsabilidad de autoaprendizaje continuo. Lo interesante es que los desafíos de la inteligencia artificial requieren el desarrollo de las habilidades más humanas de las personas, aquello que la máquina no va a poder reemplazar. El encuentro de ACDE, con mucho foco en el rol del líder y en el rol de la organización, va a ser una oportunidad para conversar cómo transformar la cultura de las organizaciones para desarrollar esas habilidades.
-¿ACDE tiene un vaso comunicante orgánico con el Gobierno?
Silvia Bulla: Somos parte de el Foro de Convergencia Empresarial, tenemos diálogo con el Gobierno a partir de allí y siempre estamos a disposición. No tenemos un diálogo personal pero hemos tenido reuniones con el secretario de Educación (Carlos Torrendell), ya que nuestra preocupación por la educación es muy alta y por tanto hemos tenido reuniones, generadas a partir de un proyecto específico. Somos muy abiertos a dialogar temas específicos que tengan que ver con el bien común, la empresarialidad, institucionalidad y actuamos con el Foro de Convergencia en muchas de las iniciativas.
-¿Y en cuanto a la situación social?
-Hacemos todo el tiempo balances de este tipo, tiene tiene que ver con esta mirada, sobre la macroeconomía, sobre el balance social. Para nosotros la parte social es muy importante. Creemos que ahí hay un trabajo por hacer. La verdad que es tan amplio el trabajo por iniciar por parte del Gobierno, y el que ya inició. El Gobierno ha estado muy activo en cuanto a generar propuestas y proyectos, algunos los ha llevado a la práctica, pero también sabemos que hay algunas dificultades en el momento de la implementación propias del cambio y también de los canales de implementación de esas políticas que hacen que los desafíos continúen, todavía.
-Incluido el escándalo por los alimentos no repartidos.
-Hay un gran trabajo por desarrollar. Creo que los interlocutores cambiaron y creo que también el enfoque del Gobierno es llegar más directamente.
-¿Es el enfoque adecuado?
-Lo importante es que lo reciban las personas que lo necesitan y no tienen posibilidad de generarse sus propios alimentos y que en esta realidad lo reciban. El Gobierno está para eso, para implementarlo, pero sí estamos muy preocupados y alertas de situaciones que pudieran darse y que las personas no estén recibiendo el alimento. Somos muy conscientes de que no podemos construir un nuevo país, no podemos construir algo diferente si tenemos personas que no están recibiendo sus alimentos.
-¿Está el terreno preparado para las inversiones?
Luis Guastini: Hay que estabilizar la economía como para poder pensar en un terreno próspero de inversiones, pero eso no es necesariamente suficiente. Lo que nosotros vemos en general es que toda la región de Latinoamérica está siendo mirada con mucha atención por parte de los inversores, sobre todo por los cambios geopolíticos que se están dando en el mundo. En un mundo muy conflictuado, que presenta muchas incertidumbres, Latinoamérica se presenta como una región que no tiene guerras, con muchísimos recursos y talento. Hoy el inversor más que estar mirando el costo, que era algo muy habitual desde hace algunas décadas, está mirando la estabilidad en términos de la certeza que presenta cada país. La oportunidad parece que está en mostrar un país que que se encuentre sólido, que logra hacer acuerdos a largo plazo, que no se desgasta en en temas eh menores y puede darle una certidumbre a la empresa que va a invertir. Hay muchas empresas que quieren invertir en la zona y es una oportunidad que no nos podemos dar el lujo de perder.