SANTA FE.– El fenómeno conocido como “La Niña”, un patrón caracterizado por temperaturas más frías de lo normal en la superficie del Océano Pacífico tropical, específicamente en la región ecuatorial, que suele generar cambios significativos en el clima global, podría reinstalarse en nuestro país en la segunda mitad de este año.
“Ahora estamos en una situación un poco mejor que aquella (que se inició cuatro años atrás), pero claramente peor que la de un año atrás”, sostuvo Juan Borus, integrante del Instituto Nacional del Agua (INA), quien explicó que esto se observa en los ríos que bañan las costas de las provincias de la Mesopotamia, donde “estamos teniendo un cuadro de situación similar a abril de 2020″.
“Era más grave, pero se asemeja en la escasez de lluvias en la Cuenca del Plata. Los suelos están mostrando un déficit hídrico muy acentuado y tampoco ha llovido mucho. La capacidad de regulación se está agotando. Toda la alta cuenca del Paraná en Brasil está entregando un caudal desde Itaipú muy inferior al normal. Y eso se viene notando”, remarcó.
Según Borus, “fue brusco el cambio en ese momento de 2020 y hubo tomas de agua, especialmente en Puerto Iguazú y en la ribera misionera del Paraná, que quedaron inactivas”. Y explicó: “Ahora estamos en una situación un poco mejor que aquella, pero claramente peor que la de un año atrás”.
Ante una consulta, el profesional indicó: “Un año atrás estábamos con una condición que ya suponíamos que nos olvidábamos de los tres años de sequía y bajantes, y que ya íbamos camino a lo normal, inclusive con la perspectiva de un [fenómeno] El Niño. Finalmente, El Niño estuvo muy acentuado, la crecida del Paraná de primavera pasada fue más intensa de lo que se esperaba y luego de ello esperábamos que la condición fuera medianamente normal”.
Pero Borus alertó: “Sin embargo, ya desde principios de enero se empezaba a perfilar una tendencia climática de escasez de aguas de caudales bajos, de lluvias escasas y de niveles bajos. que se fue acentuando hasta tener esta configuración actual que realmente llama la atención”.
“[Ello] –aclaró– nos pone en evidencia una cosa muy importante que es la reducida capacidad de prospección del clima y su consecuencia hidrológica actualmente. El cambio climático hace que la variabilidad regional sea tan acentuada que es muy difícil hacer una prospección larga y decir lo que va a pasar de aquí a tres o cuatro meses para adelante. Tenemos que ir siguiéndolo muy al pie del cañón para ver cuál puede ser la evolución”, señaló el profesional del INA.
Consultado por LA NACION, Borus dijo que “lo que se asemeja a lo ocurrido años atrás es la escasez de lluvias donde se forman los ríos [Paraná y Uruguay, especislmente]. En el caso del Paraná la escasez es más marcada, con un déficit hídrico muy marcado”. “Por eso, la capacidad de regulación que hay se está agotando. Está disminuyendo el caudal, que ya es muy inferior a lo normal”. insistió.
Recordó que desde comienzos de este año ya se perfilaba esta situación. Por lo que advirtió: “Si no tenemos lluvias de importancia, no vamos a tener posibilidades de ver cómo mejora el panorama”.
Borus pidió recordar que el país viene de “tres Niñas seguidas, con sequía y bajante de los ríos, con un impacto severo, desde una toma de agua hasta la navegación”.
Además, subrayó: “En los últimos 15 años tuvimos una variabilidad tan fuerte que nos permite advertir que puede ocurrir que en agosto cambien las actuales condiciones y entonces sabremos si La Niña se manifiesta como es o es neutral”.
En otras palabras, “la variabilidad climática está tan marcada que hace que la capacidad de pronóstico sea muy limitada y nos vamos manejando mayormente con lo que se conoce como período subestacional, que son los siguientes 15 días”, agregó el técnico del INA.
Baja el Paraná
En tanto, en la última semana, el río Paraná, frente a las costas de Santa Fe, bajó 50 centímetros llegando a la marca de 1,50 metros. Desde el INA prevén que podría seguir bajando y trazaron similitudes con el escenario visto en 2020, previo al comienzo de una bajante de las más significativas de la historia en la región.
En su último informe pronosticando los posibles escenarios a corto plazo, el INA anunció como probabilidad una altura del río Paraná fijada en 1,33 metros durante el próximo martes, 16 de abril, y un nivel de 1,21 metros para el 23 de abril.